Brexit como deporte

Leo que el jefe de Ryanair califica la postura del gobierno británico en su negociación para abandanar la Unión Europea como «optimismo lunático». Y me ha encantado porque es la expresión que mejor recoge la sensación qur produce la lógica aparente de cómo se dice que se plantea el Brexit: ¿de verdad es posible irme de un club y obligar al resto a aceptar mis condiciones de salida? Si no es lo que es, la sensación que da es exactamente esa.

Y por ser una sensación que se opone a la lógica más básica resulta lo suficientemente asombrosa como para dudar profundamente de que el cuento vaya a ser así. De que, una de dos, o realmente esa lógica aparente es producto de auténticos bobos que no saben entender una situación de ventaja para el Reino Unido o, simplemente, el gobierno británico está dirigido por lunáticos.

Este es el Brexit como deporte: sentarse a la barrera a contemplar qué sucede realmente y cómo son las cartas reales cuando se juegue la partida. Es innegable que el acuerdo o no acuerdo al que se llegue se presentará como victoria de alguna clase por parte de todo el mundo. Hace falta, pues, alguna forma de test ácido. Que podría ser responderse a esto: ¿puede el gobierno británico obtener un acuerdo de acceso al mercado único sin tener que aceptar ninguna condición que no esté asumiendo en este momento y que se haya argumentado como razón para abandonar?.

Para mi es de sentarse con palomitas.

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