Sandeces que uno piensa en el devenir de la mañana (l)
sábado, 4 marzo 2017Ya nadie llama niño pera a nadie.
Ya nadie llama niño pera a nadie.
El paraíso es un sitio en el que tiene que haber muchas patatas fritas.
¿Que MacDonald’s quiera presentarse al público con una hamburguesa gourmet es porque piensa que el público cree que lo que hace no lo es en absoluto o porque el público se cree gourmet cuando lee dos palabras que no entiende?
(atentos al párrafo en el que dicen “El resultado final, como era obvio, se aleja en su apariencia tanto de la hamburguesa de Peña presentada en el programa como la de la foto, pero eso ya sabemos que es normal en este negocio”)
Siempre dije comecocos y ahora todos lo llaman pacman. No soy cool.
Quiero un drone para las tardes de verano.
¿Hay algo más feo que la ropa de un mariachi?
Un vasito de ron y un vaso de cocacola por separado son un cuba libre deconstruido.
¿Qué diablos es eso de un periodista de raza?
La señora que limpia mi escalera me mira el paquete cuando regreso de correr. Oigan, tengo una edad.
(P.D.: ella también)
Hay quien confunde escribir claro y entretenido con escribir ligero.
¿Qué coño quiere decir “la gente”?
¿Por qué la redacción periodística se parece cada vez más a anuncios de adelgazantes milagrosos?
Lo llaman comunidad pero quieren decir religión.
Hace muchos años que no me repiten los ajos.
De verdad, ¿alguien comprende la fascinación de la gente por el día de la marmota?
Oigan: ¿a ustedes no les parece que todos los que se hacen una foto haciendo la uve de la victoria parecen unos imbéciles?
Hay a quien no le gustan los garbanzos.
De repente recuerdo cuando no decíamos narcotráfico, ni evento, ni exitoso…
Odio todas las pelis que tengan que ver con Sherlock Holmes.