Secuestrando conocimiento
De cómo tomar una molécula libre, patentarla y multiplicar el precio hasta el infinito con la responsable cooperación del estado:
«Lo que ha provocado el enfado de pacientes y médicos es que antes de que K-V comercializara el medicamento, este ya se fabricaba en boticas. Nunca hubo dificultades para obtenerlo. Lo escandaloso es que, gracias a un estudio financiado por el Gobierno, una farmacéutica privada trate de cobrar un precio exorbitante».
«Tras la publicación del estudio, y como el medicamento no se fabricaba desde los noventa, muchas boticas comenzaron a comercializar dosis de 17P. Suelen preparar los medicamentos con las composiciones detalladas por el médico, sin controles del Gobierno. El precio de una inyección de 17P no superaba normalmente los 20 dólares (13 euros). Hasta que K-V decidió fabricarlo. En febrero, compró la licencia para vender 17P a la farmacéutica Hologic, por 200 millones de dólares (138 millones de euros). Luego sometió al medicamento a diversas pruebas, con unos costes de investigación de 50 millones de dólares. Solicitó permiso para comercializarlo con el nombre Makena, por la vía permitida por la Ley de Medicamentos Huérfanos.
Esa ley ofrece un incentivo a las farmacéuticas para que fabriquen medicamentos para tratar enfermedades poco comunes. Muchas veces, los laboratorios no invierten en su investigación porque no se venderán en grandes cantidades. Por eso, el Gobierno ofrece esas licencias, válidas por siete años, durante los cuales se le otorga a esa empresa el monopolio de una sustancia.»
Etiquetas: 17P, dominio publico, Makena, patentes, propiedad intelectual
18 abril 2011 a 23:52
Vaya, eso me pasa por dejar Criticidades para el final del día… no vi esto cuando saqué mi minipost de hace unas horas.
19 abril 2011 a 0:55
Criticidades siempre es bueno antes del asado 🙂
22 abril 2011 a 14:14
Bueno, lo realmente mencionable de esta reseña no es la voracidad de las compañías y su uso de los resquicios legales a su favor, sino la reacción de una agencia como la FDA para permitir que las farmacias pudieran seguir elaborando (a su manera, sin tantos controles, safety tests, etc., la hormona y vendiéndola a precio de baratillo.
Inconcebible, hoy día, en esta Europa.
23 abril 2011 a 1:28
Bueno, yo creo que son las dos: es decir, la voracidad se les supone, la cooperación del estado para trasladar el dominio público a un monopolio es, realmente, sintomática de lo que es el sistema de propiedad de las ideas. Me abstendré de imaginar las horas de lobby de la industria voraz para conseguir cosas como esta. Incluso me abstendré sin pruebas de decir que tiene el color de la corrupción. Al menos la de la corrupción moral.