Epílogo
Tantas discusiones, tantas vueltas, tantas recriminaciones, tanto reproche para que, al final, el rey esté, como siempre, desnudo y las verdades profundas afloren. Estaba José Miguel sentado en el televisor viendo declaraciones de acampados e indignados y sin pensárselo nos dice esto:
Una portavoz Sol: se nos está presentando un problema de imagen que el gobierno debería resolver
En definitiva, la tesis de que los revolucionarios no son más que una partida que en el fondo pretende substituir lo existente cambiando únicamente a los protagonistas, lo sepan ellos o no en su euforia ante lo inaudito, se confirmaría de modo estremecedor.
13 junio 2011 a 5:32
Es decir, que una protesta contra los políticos en general al grito de «No nos representan», al final pretende que sea el gobierno, supuestamente no representativo, el que les soluciones SUS propios problemas de imagen.
Hijos de papa, acostumbrados a que se lo den todo resuelto, y cuyo otro eslogan es «lo queremos todo y lo queremos ya». ¡Y el esfuerzo, que lo pongan otros! Por comparación, los pocos abueletes presentes en la acampada que todavía no se resignan a haber perdido la guerra civil resultan entrañables.
3 julio 2011 a 11:01
[…] de otra manera, una mezcla a partes iguales de «sálvese quien pueda» y banalidad que reproduce identidades cada vez más infantilizadas y dependientes del paternalismo estatal. Es decir, identidades que aumentan los fundamentos mismos de la descomposición extendiéndola por […]
13 abril 2012 a 8:25
[…] de otra manera, una mezcla a partes iguales de «sálvese quien pueda» y banalidad que reproduce identidades cada vez más infantilizadas y dependientes del paternalismo estatal. Es decir, identidades que aumentan los fundamentos mismos de la descomposición extendiéndola por […]