Pues sí, lo suscribirían…
No, no dejan descansar. Me atrevía a interrogar a los quincemistas por asumir ciertos enunciados que generarán protestas al poder ser calificados de protofascistas: de la formulación joseantoniana de su proyecto político (“El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas”) a las mismísimas actas de una de estas asambleas del poder popular («Un compañero indica que todas las propuestas son de izquierdas y por qué el movimiento no se define como tal. La moderadora indica que esto es algo nuevo y que no se define con conceptos viejos. Se le invita a participar en las asambleas de su barrio o de Sol y a plantear sus propuestas.»). Ya saben que no es que se repita la historia, sino que los hombres son poco originales.
Y esta es seguramente la cuestión más significativa por la que sumarse al quincemismo es sumarse a una retórica vacía: la pobreza deliberativa que entraña, la pobreza de los métodos para hacerlo. Una propuesta para la insurgencia mucho más adecuada para las frustraciones reales de los indignados (aunque desconozcan el verdadero cariz de su frustración), se encuentra en las palabras de Versvs: «el crecimiento disruptivo no podemos esperarlo de aumentar la tasa de escolarización porque ese boom ya se dio hace unas décadas. Necesitamos más que nunca facilidad para la innovación y lanzamiento de nuevas ideas. Más que nunca facilidad para la innovación y lanzamiento de nuevas ideas. Y es ahí donde el sistema de patenes causa un daño terrible a todo nuevo emprendimiento y a toda nueva iniciativa«.
9 agosto 2011 a 10:00
¿Suscribirías el enunciado «¡Qué bien entra la cerveza fresquita en verano!»?
Pues la dijo el mismísimo Hitler un caluroso verano.
Moraleja: Suscribir una frase de un tio no implica defender toda lo que haga.
Por otro lado, ¿la constitución española del 78 es de derechas o de izquierdas?
Si tu respuesta es que no es ni lo uno ni lo otro, tal vez la consideres una constitucion joseantoniana. Háztelo mirar.
9 agosto 2011 a 13:20
Pablo: Lo que señala Gonzalo es que es claramente un «movimientismo», como lo es todo fascismo: vacío deliberitivamente, vacío por tanto programaticamente para mantener más o menos forzadamente una «amplitud» (de la que el «ni de derechas ni de izquierdas» es sólo un ejemplo) que sirve para encuadrar lo heterogéneo. Ese vacío se salva siempre, en todo fascismo, de Mussolini a Chavez pasando por Perón, con autocelebración. Como en el 15M. ¿Qué le falta al 15M para ser un fascismo «de libro»? Sólo la relación con el líder. La ecuación es sencilla:
Movimientismo (incluída la concepción de la movilización de masas como negación o contrapeso del voto) + confusión del movimiento con la nación + afirmación aprogramática = fascismo – líder= quincemismo.
9 agosto 2011 a 16:13
Gracias por la observación, David. Iba a hacer notar que comparar lo de la cerveza fuera de contexto (por ejemplo, que Hitler lo hubiera hecho en un contexto anterior en el que la cerveza fuera algo contaminable por los judíos asegurando que la ley de la pureza de la cerveza alemana es equiparable a su pureza de raza), resulta torpe: hay que llegar al debate previo que marcan los enlaces donde se realiza el debate sobre protofascismo para que al dar con este elemento de los debates – solo una guinda – pueda ser empleado como un signo característico de los síntomas: lo que vemos es la construcción de un discurso. Pero, casi basta con decir, y lo mismo puede darse como otro síntoma, que el mencionar tan rápido a Hitler (tanto en el enlace como aquí) nos lleva rápidamente a la clásica Ley de Godwin
9 agosto 2011 a 20:25
He leído los comentarios de las entradas citadas. Además, mi comentario sobre Hitler era premeditadamente exagerado. Tanto como me parece la asociación del fascismo al 15M.
No creo que un movimiento que pretende un cambio en el sistema electoral para hacer la democracia más participativa y mejorar la representatividad confunda el propio movimiento con la nación. ¿Cuántas veces dicen nuestros representantes políticos lo de «los españoles quieren ….»? ¿No es eso también una confusión de su opinión, y posiblemente la de sus votantes, con la de la nación? Y sin embargo no dices que: partido político = fascismo – movimiento + programa
Yo veo el 15M desde otro punto de vista. Un movimiento que pretende mejorar el marco de convivencia de todos, no necesita programa político concreto. Por eso he sacado el tema de la Constitución (que no habéis comentado), porque lo veo más parecido a eso.
Y no veo descabellado que se pueda llegar a conseguir algo en ese aspecto (cambio constitucional) como ya ha pasado en Islandia.
10 agosto 2011 a 0:24
Pablo: sobre si la asociación con el fascismo es exagerada o no, es bueno que te fijes con precisión en el debate que sostuvo David y en las palabras que se usan: protofascismo, no fascismo. Hablamos de un serio interés por la movilización de masas y otros elementos propios del nacimiento de los fascismos. Y quítale la idea las camisas pardas caminando por Sol, que las descripciones de David son muy claras.
Nosotros no vemos nada interesante realmente en el 15M: ¿se trata de un movimiento? No me pidas con lo ponga con M mayúscula que te hago otro chiste. ¿Tu dices que pretende el cambio electoral? ¿La constitución? ¿Eso es todo? Varias observaciones: cualquier lectura de debates, asambleas y pancartas no da como resultado eso o sólo eso, sino una corriente de opinión que, en realidad, lo que pretende es sustituir un grupo de gente por otro en el mismo estado paternalista que padecemos: vivienda gratis, educación gratis, sanidad gratis, la nacionalización de la banca y unos cuantos mensajes que sólo tienen una definición: pajarú… ¿llegan a saber que no hay nada gratis en este mundo?
Curiosamente, el paralelismo entre el falangismo práctico, ese que hizo el franquismo protegiendo los puestos de trabajo y a los inquilinos de vivienda sobre cualquier otra cosa, recuerda bastante a estas peticiones repletas de razonamientos que, con suerte, son naif. Con menos suerte, hay hasta invitaciones a la violencia en el ojo por ojo: cuando se dice que el salario mínimo es violencia, se está efectuando una simplificación propagandística válida tanto para el fascismo como el leninismo y que consiste en que puedo pegarte sin culpa, puesto que tu me agredes con un salario bajo. Habría que leer las explicaciones de Batasuna sobre la «violencia» política para encontrarse con la misma astucia de programación mental.
Resulta que después nos liamos a patadas con unos con señores cargos electos con los que no me une ninguna especial relación de amor para decirse que eso es solo cosa de unos. Pero ¿caramba, quién es el movimiento y por qué unos lo son y otros no? ¿quien decide eso? Será que resulta que sí hay una organización detrás que, por cierto, tiene unos tintes centralizados bastante curiosos disfrazados de democracia directa.
¿Reforma electoral? ¿Te recuerdo ahora que Hitler ganó las elecciones? La frustración por la creacion de redes clientelares que conlleva el sistema electoral español, sobre todo los sistemas de elección de candidatos dentro de los partidos, se pretende resolver con un cambio técnico que, vale, puede que traiga oxígeno dentro de los supuestos honestos del sistema, pero que no tienen nada quer ver con la forma de encarar los procesos de toma de decisiones en un modelo más cercano al pluriarquico que al jerarquizado y centralizado de la sociedad industrial. Nada hemos visto que nos lleve a pensar otra cosa.
Como no hemos visto nada en favor de la esencia para superar parte de las frustraciones económicas de la población y que reside en supuestos completamente diferentes a las pancartas guais del todo gratis: hablamos de disipar rentas por el efecto de la competencia en la abundancia que proporcionan las redes y por la liberación del conocimiento, hablamos de evitar la competencia desleal del estado y el control social al que progresivamente someten a la población con leyes que ni uno solo de los pancartistas y quincemistas ha planteado, todo lo más «déjame descargar» sin plantearse qué contenido moral entraña realmente eso, hablamos de instituciones administrativas no entrometidas con la identidad de quienes les pagan la tasa de basuras. Pero es más bonito llamarse «compi».
10 agosto 2011 a 0:29
Quedaría por aclarar algo que nunca parece claro, aunque sea obvio: que a algunos no nos guste nada el 15M no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que tenemos que padecer. Lobo sabe de esto.
10 agosto 2011 a 6:56
Me ha gustado la palabra pajarú. No la conocía.
Me viene al pelo para tu comentario sobre la competencia desleal del estado.
Si realmente piensas en esos términos sobre el estado y el «control social al que nos someten», que no dejan la libre competencia en los mercados y bla, bla, bla, entonces que te aproveche esta crisis (y las que vendrán) provocadas por la libre especulación de bienes a lo que llamáis capitalismo.
Ya hemos visto lo bien que funciona y regula los precios. Ejemplos: mercado de telecomunicaciones (las conexciones más lentas y caras de Europa), mercado eléctrico (eso si que es competencia y lo demás tonterías), burbuja immobiliaria (liberalización del suelo), …. ¿sigo?
Vivienda gratis, educación gratis, sanidad gratis significa que se paga con los impuestos, lo que pasa que en España escribes impuestos y la gente sale corriendo. Un consejo sobre lo que puede pasar: si tienes un accidente en Italia, asegurate de llevar un billete de 20€ al hospital o no entras.
Y no son peticiones ad-hoc u ocurrencias de última hora. Al igual que el derecho a la propiedad privada (ese seguro que te lo sabes), son todos derechos fundamentales que aparecen en la Constitución.
En cuanto a las alusiones a la violencia, surgieron a partir de que se considerara al 15m como violento por los sucesos en Barcelona, delante del parlamento.
Ya que he sacado el tema, ¿en qué página del programa de CIU estaba lo de los recortes en sanidad a base de cerrar hospitales? ¿Realmente están legitimados a hacerlo sin que nadie los haya apoyado explicitamente?
Por terminar, a mi me parece estupendo que no te guste el 15m. Y es evidente, después de leer lo de la competencia desleal del estado, que no estás de acuerdo con lo que padecemos.
Lo dicho, nos vemos en la próxima burbuja especulativa.
10 agosto 2011 a 7:37
Menos mal que no es de izquierdas ni de derechas… más de lo mismo. A mí (y creo que a ninguno de nosotros) nos interesa. Gracias por tus contribuciones.
10 agosto 2011 a 7:47
Tu has dicho lo de la competencia desleal del estado, el control social y demás.
No esperes tirar la piedra y que no diga nada. El que ha enseñado la pata por debajo de la puerta eres tu. Más de lo mismo.
10 agosto 2011 a 9:16
A ver, Pablo. No te conozco de nada. Por tu sorpresa ante la palabra Pajarú, observo que tampoco conoces los debates que mantengo con las personas habituales que nos relacionamos en este blog y en otros. Tampoco, seguramente, estás familiarizado con los conceptos de El Capitalismo Que Viene o los de propiedad intelectual que mantenemos por aquí y sus consecuencias para nuestras posturas económicas. Es, por tanto, una discusión esteril. No nos aportas argumentaciones que ya no hayamos discutido y, como ves, no compartimos, así que si sólo puedes ofrecer agresividad a nuestras posturas, no tiene sentido seguir debatiendo, no se aporta nada y ha quedado claro. Por tanto, doy por cerrados los comentarios de este post.
15 agosto 2011 a 19:15
[…] esto de las montañas y el énfasis en «la unidad» me suena a algo… pero no recuerdo bien qué. Comentar post (0) Clic para cancelar […]
10 noviembre 2011 a 13:19
[…] Al mismo tiempo, desde el blog de Rinze llego a un espeluznante ejercicio de manipulación (luego la culpa es de los bloggers, que son todos unos subjetivos) donde el rescate a los bancos no sólo no es malo, sino que es retratado como positivo, como una inversión cojonuda por parte del mismo gestor indómito que nos ahoga mes a mes. Vaya por dios, para una cosa en que creía estar de acuerdo con todo el mundo (que rescatar una empresa concreta con el dinero de todos es injusto si no se rescatan también todas las demás), resulta que no. Y si lo bendice la voz de la izquierda, ¿pasará a ser el canon? Tras insultar a los lectores a ese artículo sólo le falta un muera la inteligencia, ya saben que decir eso en voz alta no es ni de izquierdas ni de derechas. […]