Artículos de la Categoría: ‘Acontecimientos varios de la vida personal’

Lujos privados, anodinos y cotidianos

viernes, 4 enero 2013

La anécdota debe ser apócrifa: a alguien le leí que a Gorbachev, en plena orgía de predesmantelamiento de la Unión Soviética, le dijeron que los occidentales eran capaces de hacer cosas inceíbles. Por ejemplo, le decían, hacen jeringuillas que no duelen al clavarse en la piel. Cualquiera que haya tenido una infancia donde el practicante iba a casa con un cacharrito con agujas metidas en alcohol que quemaba antes de inyectar, sabrá a lo que me refiero. Cualquier visita al dentista, por aversión que se le tenga a la situación, permitirá reconocer que la levísima picadura de la anestesia bajo al lengua o la encía es, simplemente, asombrosa en su inanidad.

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Sucesos imprevistos

sábado, 25 agosto 2012

Mi relación con las discotecas es irreconciliable.

Galimatías emocional

domingo, 5 agosto 2012

Peculiar, RAE:

1. adj. Propio o privativo de cada persona o cosa.

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Banderita, tu eres roja

domingo, 15 abril 2012

Apurado camino de una boda, tomo un taxi en dirección contraria al destino al contemplar que la policía bloquea el sentido ascendente de la Gran Vía. Es algo que nunca es totalmente inesperado pero que sume en un cabreo morrocotudo y externalizable. El amable y treintañero taxista, con legítimo acento del Foro y sin ningún rasgo que lo pueda identificar como procedente de geografías exóticas, me explica que ha visto una manifestación. Una manifestación extraña, en la que portaban «una bandera enorme, que llevaba una línea roja y otra amarilla, como la de la bandera de España, y después una de color morado». El gesto de desconcierto del conductor no dejaba mucho espacio para interpretar una fina ironía o algún tipo de humor, era la prueba viva de la ignorancia. Dudé si explicarle. Lo hice, pero no prestó mucha atención.

Corolario 1: que… ¿cuántos años me dice que llevamos de escuela pública y servicio público y todo eso? ¿Cómo es eso de que no se mueve molino con una pequeña anécdota? ¿Lo será?

Corolario 2: los de la bandera, ¿son republicanos o son de la segunda república? No sé si me entienden.

Meet Shah Rukh Khan

domingo, 15 abril 2012

Estaba yo en Bombay comprando una pashmina (para qué vamos a decir Mumbai, que no tiene nada de glamour) cuando en pleno regateo pedía misericordia al club de cachemires que sacaban dólares a los europeos asegurando con toda rotundidad que debían ceder en su precio: yo me parecía a un conocidísimo actor hindú. El caso es que, sin dudar ni mediar segundo, todos ellos a una repitieron «Yes, Shah Rukh Khan». A mí me sonó a «saurcán», pero eso son los problemas de no hablar lenguas no románicas.

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Destellos en noches alcohólicas

sábado, 14 abril 2012

Lo dijo alguien sorprendente en una forma que también era pura sorpresa: «cuando ya no puedes defender a quien admiras». Y esta era la frase correcta para el desbordamiento paranoico y que no encontraba para hacer la formulación correcta, por lo que sólo dió para decir: «…pervive», en cierta forma dentro de ti, «como un extraño al que se admira»

Recuento de la población de Fénix

domingo, 18 marzo 2012

José Luis Garci debió decir en las radios nocturnas, memoria traidora, que Woody Allen y no sé cuantos más siempre hacían la misma película. Variaciones sobre un mismo tema. El arte de reinventarse a uno mismo debe ser, efectivamente, un arte. Llámelo resiliencia si median cenizas. Puestas las dos cosas juntas, se trata de dar la sensación de que uno se reinventa sin que nadie se dé cuenta repitiendo más o menos lo mismo. Josh Harris un día creó Pseudo, considerando él mismo que se trataba de la primera creación de broadcast en directo con valores de producción propios de Hollywood de la red: «vamos a echarles del negocio», le dijo a la CBS.

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Estado paranoico

viernes, 16 marzo 2012

Puede referise a una circunstancia o a todo un reino o república. Hoy he conocido uno. Un paranoico. Y la definición de wikipedia es verdaderamente deliciosa, en cuanto parece que no es más que un hombre normal al que se le va la olla de cuando en cuando o de día a día: «La paranoia es un término psiquiátrico que describe un estado de salud mental caracterizado por la presencia de delirios autorreferentes. Más específicamente, puede referirse a un tipo de sensaciones angustiantes, como la de estar siendo perseguido por fuerzas incontrolables (manía persecutoria), o ser el elegido para una alta misión, como la de salvar al mundo (delirio de grandeza o grandiosidad, atribuido por algunos estudiosos a determinadas personalidades dictatoriales y gobiernos)». Echando un vistazo alrededor y con la definición en la cabeza, se empieza a reconocer el rastro de la paranoia en cada esquina.

Anales de la consultoría de mercadeo

jueves, 9 febrero 2012

El cliente te dice, casi con preocupación, que espera observaciones e indicaciones sobre cómo recórcholis pueden tener una relación fluida con unas personas que llama influyentes. Está sentado sobre un trono metafísico vendiendo «conectividades» y modos de «compartir» a diario. El proveedor se siente honesto y sólo sabe decirle que no hay rocket science. Le pinta en la pizarra un teléfono negro, de esos con disco para marcar y ningún botón de los que silencian o rellaman. Casi hubiera preferido pintar una ventana y un patio. Y le viene a decir que, al final del día, nada como hacer algo tan antiguo como hacer sonar tu voz y preguntar ¿cómo estás?, ¿qué necesitas de mí?. La escasa sofisticación de la tecnología subyacente y del modelado intelectual deja al cliente pensando, un tanto aturdido al no escuchar algo que pusiera un libro científico o un ensayo de escuela comercial. Pero el proveedor toma aire e insiste en añadir un detalle que cree importante: no basta una vez, no es flor de un día, es repetirlo con frecuencia y, esencialmente, porque deseas hacerlo. Es que, si no, parece que te acuerdas por algo y el influyente no aceptará ser influido. Esencialmente, no escribas otro folleto, un nuevo claim, no redactes el brief de una campaña, no lo compliques… Sólo te vas a repetir. Si es que está todo inventado.

Apagando velas

domingo, 8 enero 2012

Should auld acquaintance be forgot, and never brought to mind ?

Buena pregunta.

Sucesos de procedencia extraña

miércoles, 23 noviembre 2011

Me desperté casi al amanecer con una intensa voz interior que decía cocacola, cocacola, cocacola… y al llegar a la nevera sólo había cola del Carrefour. Me la bebí, porque en el sueño era la botella que deseaba ver, aunque el cerebro le asignaba otra denominación. ¿Qué me pasa, doctor?

Al barbero

viernes, 9 septiembre 2011

«En pocos sitios afeitan ya», me dice el barbero. Resistiendo a todas las tentaciones, no informé al susodicho de que uno es de Bilbao – generalmente, cuando quiere – y que no necesito espuma para el afeitado. Oportuno él, me informa de la dureza de mi barba y la finura de mi piel: es obvio que soy un tigre sensible, pero esto ya lo sabía. Tres cuchillas hubo de emplear para superar el desgaste del filo que mi pelo de hierro producía en la navaja: soy poco menos que Alan Ladd. Terminamos la obra con una toalla húmeda y caliente sobre mis poros torturados y un masaje con Floïd de toda la vida: los veintañeros se debaten en la idoneidad de caminar con olor a yayo o reivindicar un cierto renacer cool del afeitado a navaja. Queda como culo de bebé.

Pilgrims (y ix)

domingo, 21 agosto 2011

Matt St. John asegura que el helado de banana de Peggy Sue’s es el mejor del mundo. La culpa del hallazgo la tiene Tom Peretta, que considera que la comida española es buena, muy buena, pero demasiado salada. Italiano, eso lo puede comer todos los días, pero no, española no. La necesidad de regreso a los sabores conocidos se precipitó cuando empezó a agotarse el presupuesto del – funesto – catering de las empresas de producción audiovisual. Alguien metió varias bolsas de Burguer King dentro del recinto y las raciones de patatas cayeron en manos de los franciscanos. Al abrir una de las oficinas de producción, una de las Sisters tenía sujeta su hamburguesa a dos manos mascando con el rostro más feliz que pudo vérsele en ocho días.

Pilgrims (viii)

domingo, 21 agosto 2011

Cuentan que O’Reilly llegó a Cuatro Vientos sin poder emplear su entrada VIP y, ante el caos, sacó su carné del FBI en la primera barrera policial. De nuevo, lo hizo en la segunda. Y así hasta que llegó a un punto donde ningún policía accedió a dejarle pasar. Explicaba su doctrina, la que empleaba en el Bureau, paciencia y amabilidad, because he knows how the game works.

Pilgrims (vii)

sábado, 20 agosto 2011

Las Sisters forman una fila. Plácidamente, toman las cajas y las pasan las unas a las otras sonriendo, cantando lentamente con voces tenues y soltando los paquetes con ligeros deslizamientos hasta provocar en los testigos la sensación de que el peso desapareció y los bultos se tornaron livianos.

Pilgrims (vi)

viernes, 19 agosto 2011

El Padre Tom sube al escenario para arengar a los jóvenes peregrinos sobre su papel en la comunicación. Como buen Padre, exige atención, dedicación y detenimiento de cara al conocimiento y la reflexión sobre los textos sagrados. Concluye: «The Bible is not Twitter». Sure, it isn’t.

Pilgrims (v)

viernes, 19 agosto 2011

Nada más traspasar la puerta, un grupo de chicas se arrima a los cristales que separan la calle del recinto y se ponen de rodillas. En círculo, comienzan a rezar. O’Reilly y su ayudante se quedan mirando. Al poco tiempo, O’Reilly se acerca al oído del ayudante y le dice: «cuando veo escenas como ésta, se me humedecen los ojos, pensar que hay juventud así».

Pilgrims (iv)

viernes, 19 agosto 2011

– Please, translate

– Por supuesto.

– Tell him to look at my badge

– Que mires su carné (más…)

Pilgrims (iii)

viernes, 19 agosto 2011

Pilgrims (ii)

jueves, 18 agosto 2011

Una chica sentada en el suelo se apoya en la pared y trata de descansar. En su pecho, una pegatina dice: «I’m worth waiting for«.