Sandeces que uno piensa en el devenir de la mañana (xxxvii)
domingo, 21 abril 2013Lo llaman comunidad pero quieren decir religión.
Lo llaman comunidad pero quieren decir religión.
Hace muchos años que no me repiten los ajos.
De verdad, ¿alguien comprende la fascinación de la gente por el día de la marmota?
Oigan: ¿a ustedes no les parece que todos los que se hacen una foto haciendo la uve de la victoria parecen unos imbéciles?
Hay a quien no le gustan los garbanzos.
De repente recuerdo cuando no decíamos narcotráfico, ni evento, ni exitoso…
Odio todas las pelis que tengan que ver con Sherlock Holmes.
Odio los vasos de tubo.
¿Por qué a medida que me hago más mayor más me gusta el picante?
Una de las cosas que más me sorprendió cuando estudié literatura en el colegio es que nunca se hablaba de novela policiaca ni de ciencia ficción. Todo lo más se metían – con respeto, eso sí – con las novelas de Corin Tellado. Lo llamativo para un servidor es que los tres tipos de novela han y tienen mucho más sentido en la configuración del pensamiento de la vida cotidiana y hasta de la política y los sueños no sólo de los que estudiábamos, sino de los que seguramente escribían los manuales y, de seguro, de los que escriben los libros de ahora.
¿Por qué al escuchar de nuevo a los Sex Pistols – una simple casualidad – he vuelto a sentir la misma energía que hace 30 años? O más.
Me inquieta reencontrarme insolente. Ayer me dije: «ellos tienen a Tina Fey y nosotros a Eva Hache«. No sé si me entienden. Podría seguir por Jeremy Irons y Ramón Langa.
¿En qué se parece Facebook a un iPad? En que los dos sirven para pasar el rato y cuando quieres hacer algo en serio no sirven para nada.
¿Por qué los bares se empeñan en calentarte la tortilla de patata?
Tengo la sensación de que mi sobaco derecho suda más que el izquierdo.
¿El mundo se divide entre quienes se compraron el ZX de Spectrum y siguieron programando y los que dejamos de programar?
¿Qué pasaría si en vez de llamarlo graffiti lo llamaramos spam?
Cuando un bar hace bocadillos malos, no puede ser un problema de coste: ¿es falta de sensibilidad, de ignorancia, o qué?. ¿Al dueño del bar no le avergüenza? ¿Es que la demanda es tan insensible o tan ignorante y no sólo tan pobre? ¿Se puede ser tan pobre para que un bocata quede necesariamente mal?
Vivir en la inopia es cuando pones a calentar el agua del té, vuelves a tu pantalla a leer y escribir, regresas a por el agua y se ha consumido al completo y todo eso te ocurre uno de cada tres días.
¿Qué pasará por la mente de mis sobrinos cuando ven que sus paquetes de cereales están escritos en castellano y en portugués? ¿Realmente llegan a visualizar que es portugués? ¿Piensan algo al respecto de que el portugués aparezca siempre por debajo y más pequeñito?