Criticidades

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro (xxvi)

La idea de que la felicidad de los individuos no está en sus manos ni es su responsabilidad sino que depende del gobierno es algo que lamentablemente han asumido ciudadanos y políticos en nuestro país. Los ciudadanos le reclaman a los representantes electos que les aseguren unas supuestas condiciones “dignas” de vida, sin pararse a definir qué le confiere a una casa o a una educación la cualidad de “digna”. Y tampoco se paran a analizar si esos políticos utilizan medios viles e indignos para mantenerse en el poder mientras mantengan esas prebendas, subvenciones y rentas. Como si la felicidad fuera una moneda de pago a cambio de un puñado de votos.

Felicitá. No, no es Al Bano.