Discutimos algo acaloradamente sobre si los quincemistas son, en realidad, unos protofascistas. Llegamos a poner encima de la mesa nombres tan aburridos como el de José Antonio – incluso así, abreviado, relatado como el icono que era, fuera apellidos para la asepsia histórica – y a medida que leo las categorizaciones me empiezan a dar igual. Me basta con lo que veo. Con las pinzas con las que hay que tomarlo todo. Pero el vídeo, más provocador que manipulador pues, en definitiva, permite ver toda la elaboración de un discurso, trasluce la esencia íntima de quienes (habrá quienes, sin liderazgos no se crean estructuras) están determinando – eso sí, asambleísticamente – el programa de acción de acampados e indignados: movilizaciones de masas. Un frente. No, no es un tejido de redes, sino de concentración de masas (¿de clase(s)?): ya se encargan de que no pueda figurar quienes se salen del discurso oficial. Atentos a la palabra oficial.
P.D.: ¿Aprobarían los quincemistas – oficialmente – esta definición de sus intenciones? «El movimiento de hoy, que no es de partido, sino que es un movimiento, casi podríamos decir un antipartido, sépase desde ahora, no es de derechas ni de izquierdas». Si es así, que se lo hagan mirar.