La continuación es mucho más amarga: «Please comment below with things you find out and we will add it to the page«.
Es decir, los propios organizadores de un congreso que pretendía o pretende reunir al mundo de los constructores de wikis y que hoy es más abierto hacia todo lo que sea construcción de espacios abiertos de conocimiento, no parecen poder emplear un software de acuerdo a la categoría.
He estado dedicándole un rato a bucear el estado del arte del software wiki. Y ha sido como viajar a un museo de la prehistoria: decenas de opciones y productos que una vez compitieron abandonados y dormidos en servidores de una estética olvidada.
Huesos de dinosaurios montados en museos que parecieran venirse abajo si alguien los toca.
La propia web de Ward Cunningham detiene su copyright en 2005. Pero tiene un twitter donde, con imagen envejecida, sostiene su libro. Un libro sólo disponible en papel a precios absurdos. Cuyos accesos a tiendas online dejaron de editarse en 2001 y enlazan a tiendas que ya no existen.
Sigo escarbando y aparece una especie de diamante brillando entre el estiércol. Cunningham tiene abierto nuevo software para poder crear wikis no dependientes de un servidor centralizado y con unas capacidades y concepciones contemporáneas. Digamos que hay un proyecto para disponer de software contemporáneo para wiki: pero por más que lo miro lo encuentro de una complejidad que, o contiene una concepción genial no evidente a la primera, o simplemente estamos ante una barrera de entrada que lo hace poco practicable.
Cunningham cree que puede ¿luchar, avanzar? en un mundo Facebook:
“The assumption is that we won’t be creative, but Facebook proves that everyone wants to have their own page, their own stream,” Cunningham says.
Pero la cita ya es de 2012.