Criticidades

Miseria de la propaganda

En uno de los blogs de Jacobin, se comen el coco porque Homeland y otros productos de Hollywood justifican la necesidad de disponer de un sistema de seguridad que, por supuesto, es capaz de excederse y superar las líneas de lo aceptable y el control democrático. Sí, claro. El problema de estas reflexiones es que no impiden el que, en efecto, la causa propagandística no declarada pueda ser incluso cierta y necesaria. Pero de la misma forma, Hollywood produce Modern Family, una trama que representa con total amabilidad, felicidad y cordialidad uno de los mayores horrores conservadores: familias que no son, por definición el concepto de familia que aman. Padres homosexuales, divorciados, hijos con relaciones prematrimoniales y otras conocidas causas de decadencia de la humanidad. Vendríamos a tener que Hollywood puede también poner en tela de juicio a los mismos conservadores encantados de disparar a todos los sospechosos de ser Bin Laden, q.e.p.d: Hollywood, para qué negarlo, de toda la vida fue un nido de maricas y comunistas. Siempre aparece alguien ofendido por los supuestos subyacentes de cada elección comunicativa, en Hollywood y en cualquier lado: seguramente mucho más desde que cualquiera puede tener voz. Si cualquiera puede tener voz, el ánimo censor parece no reducirse sino todo lo contrario: todo el mundo piensa que el espectador es mucho más tonto que uno mismo y no es capaz de darse cuenta de que lo quieren manipular. El analista de cada manipulación es tan listo que él sí. Todo el mundo cree que nadie tiene derecho a ofenderle y todo el mundo cree que tiene todo el derecho a ser el dueño de la regla que mide la ofensa. Por cierto, todos se olvidan de que sin éxito nadie haría caso a estas terribles manipulaciones.