Todos los negritos buenos también se van al cielo
La gran esperanza blanca, es negra. Sin ser Presidente – la P grande es imPortante aquí – la enésima sombra de la duda razonable que afecta a eso que solemos llamar integridad de quienes se ganan nuestro favor con márketing y votos, se ha posado sobre sus hombros:
Illinois. In God We Trust: habrá cercano y por deseo propio algún reverendo, que no los llaman curas, cuando pose su mano sobre la biblia y diga: so help me God. Levanto mi copa por asistir al espectáculo que nuevamente pone el destino frente a nosotros sobre la ilusión, la desilusión, la esperanza y el desengaño.
Etiquetas: Angelitos negros, Antonio Machín, Barak Obama
Este artículo fue publicado el miércoles, 24 diciembre 2008 a las 1:47 y archivado en Sin categoría. Puede seguir los comentarios de esta entrada a través del RSS 2.0.
Tanto los Comentarios como los Trackbacks han sido desactivados.