En el año 2016 las cuentas de twitter han superado al número de líneas telefónicas. Un think-tank financiado por las grandes empresas de telecomunicaciones norteamericana publica un informe que recogen convenientemente las grandes marcas informativas y todo el universo de blogs tecnológicos y de consumo en todos los idiomas: se argumenta desde un punto de vista multidisciplinar (derecho, economía, filosofía) la necesidad de la portabilidad de las cuentas de twitter a cualquier proveedor que desee prestar los servicios, al tiempo que se obliga a la interoperabilidad de las cuentas estén en la plataforma que estén. Rápidamente se recurre a la historia y se relata el caso de AT&T y las Baby Bells. El informe es convertido rápidamente por una serie de congresistas en proyecto de ley. La Electronic Frontier Foundation dice, a las pocas horas, que se trata de una trampa: sólo podrán prestar el servicio beneficiándose de la interoperabilidad empresas de telecomunicaciones y prestadores de acceso a internet y servicios de webmail que cumplan determinados requisitos, especialmente de seguridad frente al terrorismo, las falsificaciones y violaciones del copyright. Las acciones de twitter, que cotizan desde 2013, se despeñan. Microsoft, Google, Verizon y todas las telecos del mundo anuncian que se convertirán en proveedores de mensajes cortos.