Viva la ciencia
La radioterapia contra un cáncer de amígdala le había provocado una seria necrosis en la cara. Con fractura de hueso, inflamación y pérdida de nervios y arterias. Sólo podía comer licuado, debía atiborrarse de antibióticos y entraba y salía del hospital continuamente.
Células madre: ya tiene cara.
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