(Más) Ética blogger
Oh, tú, al que el gusanillo de escribir atormenta como un demonio y que darías todas las minas del Perú por un grano de reputación: abandona el vil rebaño de autores que corren tras los demás o que hozan en el polvo de la erudición, abandona a los pesados sabios cuyas obras parecen llanuras interminables sin flores y sin fin. O no escribas nada, o toma otro camino: sé grande en tus escritos como en tus acciones, muestra al mundo un alma robusta, independiente.