Apuntes para la formación del perfecto objetor fiscal (xliii)
En estos 30 años que llevo en el sector público los funcionarios siempre hemos recibido el mismo trato, es decir, en las épocas de vacas gordas nadie se acordaba de que a nosotros se nos subía el IPC puro y duro, de hecho tanto moscosos como canosos se nos dieron para compensar emolumentos que no nos pagaban; eso si, llegando las vacas flacas se nos congela el sueldo, se nos baja en 2010 y ahora se nos quita una paga extra, que conste que las pagas extras no son una mensualidad completa por lo que en realidad nosotros cobramos 13 mensualidades y media, no 14, y por si esto fuera poco nos dejan con 22 días de vacaciones y 3 por asuntos propios, de manera que si un funcionario es de Badajoz y está destinado en Barcelona pasará la Nochebuena sin su familia y lo peor de todo es que a mucha gente le alegra cuando esto perjudica a toda la economía en general, a menos ingresos menos gasto y menos puestos de trabajo en el sector privado donde muchos de nuestros hijos querrían ganarse la vida
Una funcionaria relata sus penas. Es chocante la cultura laboral española: quiere subidas superiores al IPC más allá de cualquier consideración de productividad o la mera observación de si su puesto ha cambiado. En España es imposible explicar que, si haces lo mismo, deberías seguir ganando lo mismo, alteraciones inflacionarias a discutir. O condiciones de mercado, una súbita escasez de tu cualificación, lo que implicaría estar dispuesto al descenso cuando hubiera sobreabundancia. Cobran trece mensualidades y media, no catorce (la cuestión es el bruto anual, ¿no?), ¡22 días de vacaciones como los que tienen todos los demás!, ¡3 por asuntos propios! y ¡el pobrecito que no puede ir a Nochebuena a su casa, derecho inanielable!. Resulta que su sueldo reducido perjudica a toda la economía en general, cuando no puede ser despedido como los demás y cuando resulta que su sueldo sale de lo que pagamos los que sí podemos ser despedidos. La cuestión es que si todo esto es tan malo/malísimo y sus hijos anhelan al sector privado, lo tiene fácil: cambie de trabajo y váyase al sector privado. Verás que no, que dirá que tiene una plaza en propiedad. La ganó en justa oposición.