No brainer

La cuestión de la marihuana resulta ser un auténtico caso de estupidez colectiva:

¿Por qué proponer esta liberalización en la capital, por qué solo la marihuana y por qué solo el consumo?

— Porque la ciudad de México es una capital progresista, abierta, que ha legislado ya sobre cuestiones claves de la libertad de costumbres como los matrimonios del mismo sexo, el aborto y la muerte asistida.

— Porque los datos disponibles indican que la marihuana es una droga cuyos efectos tóxicos y consecuencias en la salud son menores que los de otras drogas permitidas como el alcohol y el tabaco.

— Porque el daño que los fumadores de marihuana pueden hacerse a sí mismos y a otros por consumirla es mucho menor que el daño social de perseguirla. (Casi el 80% de los presos que hay en cárceles federales de México están acusados por hechos vinculados a “delitos contra la salud,” narcomenudismo o narcotráfico. El 57% de ellos están presos por ilícitos vinculados a la marihuana).

— Porque un alto porcentaje, quizá el 30 o 40%, de los ingresos de las organizaciones de narcotraficantes mexicanos provienen de la marihuana.

— Porque por la presión de Estados Unidos y por el compromiso con el consenso prohibicionista mundial, México persigue hoy en su territorio cosas que están permitidas y hasta empiezan a ser florecientes empresas en territorio estadounidense.

¿Qué hará el Gobierno mexicano ante la contradicción de que uno de sus principales gobiernos locales legalice lo que tiene prohibido el federal? Probablemente lo mismo que ha hecho el Gobierno federal estadounidense: mirar a otra parte y reconocer, como ha dicho el presidente Obama, que tiene peces más gordos que pescar.

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