Discursos siniestros

Hay discursos de aparente lógica:

El problema es que España va a poner en manos de empresas gigantescas una propiedad intelectual que va desapareciendo como una manera de financiar lo que la gente pueda querer consumir. Algo de dinero tiene que haber. No creo que se pueda regalar todo directamente porque a la gente le cuesta ir al fútbol, por ejemplo, y nadie pretende que sea gratis. Pues lo mismo con esto. La cosa está en considerar a la cultura o al entretenimiento como industrias, casi más que como objetos culturales. Industrias donde trabaja mucha gente, donde no solo está el creador, que es una mínima parte de todo un entramado. Eso hay que protegerlo porque no es solo cosa de unos cuantos titiriteros. Es una industria cultural. Es lo único en lo que nadie, nunca, jamás, podrá competir con nosotros. Podemos vender naranjas y siempre habrá alguien que pueda vender naranjas mejores. O coches. Pero lo que es personal e intransferible es una seña de identidad que es la expresión de la comunidad. No verlo es estar muy ciego.

Sin embargo, la coherencia es siempre esquiva:

Somos unos gallegos que tocamos rock. Hasta ahí llegamos. Venimos de una música que nos ha interesado siempre muchísimo, que viene seguramente del Mississippi, de los años 30, de gente que se inventó el rock and roll con una guitarra como Robert Johnson o Charlie Patton.

Ayatola, no me toques la pirola.

2 Respuestas a „Discursos siniestros“

  1. Jose Alcántara Dice:

    Es bastante irónico que esta pandilla idolatrada como bandera del punk rock español pida proteccionismo de parte del Estado.

    Como decían La polla records: «punkies de postal» 😀

  2. Gonzalo Martín Dice:

    Bueno, el punk siempre fue en el fondo una postal. Basta con ver la evolución intelectual y comercial del artista conocido como Ramoncín. Sin olvidar que los creadores del movimiento denominaron uno de sus discos «The great rock and roll swindle». No, en el fondo dejarse escupir en un escenario siempre fue una pose.