Antídotos Intelectuales contra la mierda de toro (l)
La riqueza, por tanto, tampoco depende de la existencia de propiedad intelectual restrictiva sino, más bien, de la existencia de repositorios de elementos copiables, recombinables, referenciables y transformables libremente. Los ejemplos del Derecho, la hostelería (cuyas recetas de cocina son libres), el fútbol (cuyas reglas son utilizables universalmente), los grafemas, los fonemas, las lenguas… nos indican precisamente que la riqueza se fundamenta, siempre, en la utilización de elementos libres sobre los que se construye una parcela económica privativa.