Messi

Lo gracioso es que, en inglés, Messi implica lioso, desordenado, puede que sea aceptable decir follonero. Un diario dice que, después de echar un órdago para irse de su club sin pagar, ha hecho el ridículo. Yo creo que sí. Nadie tiene setecientos millones, parece ser, para resolver sus dudas existenciales. O vete a saber en qué consiste la conspiración. A mi me interesa el individuo por el funcionamiento de las leyendas deportivas. Alguien me dice que, intelectualmente, la cosa no pasa de fútbol y Playstation, pero muchos otros son iguales y no juegan bien al fútbol. Messi juega como los ángeles, yo creo que es lo nunca visto. Pero, si existe dios, se vengó. Valdano decía que no era vergonzoso no ser tan bueno como Maradona, pues raramente se es tan bueno. Puede que con otras palabras. Pero Maradona, drogadicto, ignorante y engañado por sus agentes, daba la vuelta al orden de las cosas: él sí pudo convertir una cosa absurda como el Nápoles en un campeón, o hacer de Argentina campeona del mundo otra vez; incluso convertir un gol ilegal en una obra de arte del deporte y de la sociología. Messi nunca será eso, a pesar de sus ligas y copas de Europa, qué decir de sus inexistentes campeonatos mundiales. Es un jugador maravilla, pero Maradona es Maradona, y hasta tiene una iglesia. Otros han hecho algo parecido después, pero el gol del siglo (veinte, eso sí), es de él.

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