El asombroso termómetro de la crisis de la señora Arqués
Desde que publiqué Un hombre de pago, hace ya casi tres años, he ido recibiendo mensajes esporádicos de lectores que querían trabajar como gigolós y no sabían a dónde dirigirse. Recientemente el número de mensajes de este tipo ha aumentado. Imagino que con los tiempos que corren algunos hombres piensen en todas las opciones posibles para salir adelante.
Neus, querida, ¿de verdad es por la crisis o no es más que una reiterada ensoñación masculina que va y viene? Quizá el proxy que precisamos es saber si, simultáneamente, aumentan los que escriben a Nacho Vidal, vete a saber si a Lucía Lapiedra – ya manda el nombrecito – para poder cumplir con la vocación tanto tiempo rumiada en el silencio de ser actor porno. Más cornás da el hambre, pero hay hambres emocionales que no se puen aguantá.
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2 septiembre 2009 a 6:23
Impecable tu valoración. Gracias!