"Las novelas son sueños diurnos"
sábado, 25 septiembre 2010Rosa Montero.
Rosa Montero – Piquío.com from Piquio.com on Vimeo.
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Estábamos familiarizados con esas tiendas donde trabaja toda la familia día y noche, pero en este templo de cerámicas de tres al cuarto, zapatillas de duro, cassetes analógicas y porno a tres euros las cinco películas, una muy concreta de Burgos, los empleados son una dominicana de buen ver y un típico ejemplar ibérico de la generación ni-ni. La jefa china – respira autoridad – no para de hablar por el móvil a pie de tienda mostrando en todos los rasgos de su aspecto (vestuario, salud) una cosa no muy diferente a lo que entendemos por prosperidad.
No es mucho pedir, de paso, que los próceres de la nación en su versión ministro (si quieren, también con a: ministro/a) tuvieran un mínimo conocimiento de las cosas que dicen, especialmente siendo personas de cultura reconocida – es guionista, vive dios – y teniendo una galería de asesores que pago yo – es ministra, pardiez. Al sacar la tierra del agujero donde yace el autor del réquiem más famoso, tropezamos con sus tibias cruzadas:
Mozart visitó Roma y acudió a la Capilla Sixtina, donde escuchó el Miserere. A la salida, de memoria, reprodujo con exactitud la partitura. Regresó unos días después para corregir algunos detalles y al cabo de poco tiempo regaló su copia al historiador británico Charles Burney, quien en 1771 la publicó en Londres.Si hablamos de piratería musical y de sus posibles ventajas (el Miserere se difundió rápidamente por Europa), no podemos encontrar mejor ejemplo.
Una de las mayores estafas deliberadas de nuestro tiempo esgrimidas, además, por los presuntos defensores de la cultura, consiste en ignorar que toda obra está destinada al dominio público: resulta ser y parece que nadie lo niega, que la difusión del conocimiento mejora al conjunto de la sociedad sin que perjudique al creador.
Desde que publiqué Un hombre de pago, hace ya casi tres años, he ido recibiendo mensajes esporádicos de lectores que querían trabajar como gigolós y no sabían a dónde dirigirse. Recientemente el número de mensajes de este tipo ha aumentado. Imagino que con los tiempos que corren algunos hombres piensen en todas las opciones posibles para salir adelante.
Neus, querida, ¿de verdad es por la crisis o no es más que una reiterada ensoñación masculina que va y viene? Quizá el proxy que precisamos es saber si, simultáneamente, aumentan los que escriben a Nacho Vidal, vete a saber si a Lucía Lapiedra – ya manda el nombrecito – para poder cumplir con la vocación tanto tiempo rumiada en el silencio de ser actor porno. Más cornás da el hambre, pero hay hambres emocionales que no se puen aguantá.
«La cuestién es que todo ello hace más complicado el camino hacia el ateísmo, que requiere un mayor esfuerzo que el de dejarse llevar por las inclinaciones neurológicas»
La riqueza de lenguaje es tan buena, que lo mejor es juntar aquí las mismas letras que deja el diario:
Es la alegoría de un país sediento de sangre, de una persona que se lucra con su propia muerte, de unos medios que actúan como buitres. Es la alegoría de un caso que se ha convertido en la gran polémica del momento en el Reino Unido: la muerte en público de Jade Goody, una joven profundamente inculta y hortera que hace unos años consiguió salir de la miseria gracias a la telebasura y que de la mano de los medios y la tragedia del cáncer se ha transformado en una mujer capaz de movilizar al ministro de Justicia, emocionar al primer ministro y a millones de británicos y abrir un agrio debate sobre los límites del circo mediático
Los a prioris nos llevan a pensar de la misma manera que el reportero poniendo lo mejor de sí mismo para explicar sentimientos que son honorables, pero me pregunto y me pregunto, me pregunto tanto que me puedo equivocar:
Si la mujer inculta hubiera vendido su historia anterior y la nueva historia para hacer un libro ¿sería un escándalo?
¿A un fotógrafo?
¿A un documentalista que rueda, luego monta y no emite en directo?
Libro, fotografía, documental, son palabras que suenan trascendentes y elevadas. Televisión, no. ¿Podría ser todo lo primero arte, incluso provocación artística y lo segundo jamás? ¿Podrían todos los primeros llegar a ser sociología o ciencia y lo segundo no?
¿Tiene sentido negar lo que en la vida real existe y que tiene serias posibilidades de ser contemplado por cualquiera?
La objeción que se puede plantear reside en la actitud: hemos tenido por detestable la exhibición de mujeres y hombres con deformaciones físicas y taras mentales en forma de circo, ferias donde lo detestable no es el sujeto observado sino los observadores, que pagan por degradar a un ser humano, que humillando y burlando a otro ser humano sólo contemplan a alguien esclavizado y no reaccionan ante la infamia degradándose a sí mismos.
Pero creo que existen alternativas para razonar: ¿puede negársele a alguien la capacidad de ganarse la vida como mejor quiera si parte de una decisión personal que, aún con todos los condicionantes que se desee, no pueda negarse que parte de una elección? ¿puede negársele a alguien la forma de morir en una sociedad que tiene tantos reclamantes para poder decidir ese momento en caso de incapacidad?
Todo recuerda a la prostitución, como juego entre propiedad del cuerpo, su uso obligado por terceros y la posibilidad de que quien hace uso de él sea el verdadero inmoral, cuando no criminal. Es decir, sería el pagador, los malditos tabloides y las televisiones que hacen de feria para monos, el verdadero degradante, el ente que secuestra nuestra conciencia para comportarnos como miserables morales.
Y me abandono: ¿y si todo fuera por la construcción de un concepto basado en su presencia única y sin apenas alternativa durante décadas? Se dice la televisión, pero todo lo más los libros. La televisión es monolotíca, los libros diversos. Trato de imaginar esas comunidades donde la Biblia es el único libro, quizá el único ocio, dicho con distancia el único consumo cultural y, por tanto, todo gira en torno a ese libro y todo es Biblia y nada más.
Pero si resultara que todas, todas las imágenes se tornaran páginas de miles de libros y hubiera cincuenta muertes retratadas cada semana, si decidiéramos que el dolor que un familiar lejano siente merece que le mostráramos la muerte de una madre, y tomáramos nuestro teléfono móvil para hacerlo y que en la misma Australia pudiera elegir su forma de sufrimiento ante la impotencia, puede que todo fuera simplemente normal.
«Por eso mismo, en la redacción del diario de Prisa existe cierto temor a que, a la vista de lo ocurrido, la empresa llegue a la conclusión de que, tal como ahora se ha comprobado, el periódico puede confeccionarse con mucha menos gente»
«Si miramos al pasado y a la gente que creó Internet, ellos hablaban muy deliberadamente de crear un espacio que no pudieran alcanzar los gobiernos. Creo que tenemos que revaluar eso ahora de forma seria»