Coca-Cola gourmet
Me extrañó comprobar que existen gourmets de la coca-cola: preguntan en los locales de hostelería por el origen de la cocacola que van a recibir: botella, lata, sifón. La quieren fría y con el hielo muy mesurado para evitar que se agüe y la gasificación se pierda a toda velocidad. El delirio se alcanza cuando se prueban las cocacolas que siguen existiendo en Estados Unidos o en la misma Jordania donde, tan solo impregnar los labios del brebaje, se produce un súbito retorno a la infancia y uno se asombra al comprobar que
eso era la cocacola que conoció. Paréntesis: al educar a varias generaciones ya en sabores diferentes, esta sensación no la tienen, no la pueden tener, los nuevos gourmets. Pero más extrañeza me produjo conocer que existen
gourmets de la Pepsi.
Etiquetas: Coca-cola, cocacola, Historias de un hombre llamado caballo, pepsi cola
Este artículo fue publicado el sábado, 28 agosto 2010 a las 8:29 y archivado en Historias de un hombre llamado caballo. Puede seguir los comentarios de esta entrada a través del RSS 2.0.
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30 agosto 2010 a 10:59
jajajaja! Me pillaste!(Y confieso lo peor… soy un nostálgico de la mítica Mirinda, que eso si que es un sabor de infancia)
1 septiembre 2010 a 7:21
Eran monas. Yo llegué a probar una cosa de infancia de mi padre: el Orange Crush que se pronunciaba en español puro y duro, oranje crús.