Secretos

Los viejos y subversivos miembros del ciberpunk español avisaban de cómo guardar la cartera: «Nunca pongas nada en un correo electrónico lo que no pondrías en una postal». Y la voz le ha debido llegar al elegante personaje que firma como Simon Jenkins en The Guardian: «An electronic secret is a contradiction in terms». Tan imposible es el secreto, que el servicio con el mismo apellido del estado de Israel advierte a sus diplomáticos que «si algo es importante, se va en persona a Tel Aviv». Los secretos de los que todo el mundo habla, saludados con fanfarria y cierto tono de presumir sobre las carencias, resultan más bien banales y nada sorprendentes ni misteriosos. Lo dicen hasta los diplomáticos de flor y nata.

Hitchock le contaba a Truffaut que no le gustaba rodar whodunits porque el interés se reducía a conocer el final y no el proceso de llegar a él, que es lo que tiene de apasionante el suspense. Es como un secreto: una vez descubierto, como la intrascendencia del tercer secreto de Fátima, no suscita ningún pavor, se tiende a la banalidad extrema. Calvo Sotelo, q.e.p.d., repitió hasta la saciedad que en su llegada a la Moncloa se encontró la caja fuerte de su despacho y que, dentro, el único secreto que encontró, a pesar de sus expectativas, era la clave de la caja. Tan trivial resulta todo, que la operación, como en los mejores tiempos de Le Carré, termina en una grandiosa escena de intoxicación y contrapropaganda.

Etiquetas: , , ,

3 Respuestas a „Secretos“

  1. Pablo Dice:

    En El País siguen obnubilados (casi abducidos) con los secretitos de pitiminí y han declarado el estado de portada permanente. Algún día Moreno se enterará de qué va esto del periodismo. Y es que trabajar es muy cansado. En fin…

  2. Gonzalo Martín Dice:

    «Estado de portada permanente». Esto pasa al acervo de mi sección «periodistas, reporteros y tribuletes». Secretitos de pitiminí… jiiii

  3. Al final, un blog | Criticidades Dice:

    […] los controladores fue… un blog. Reporteros con un watergate en el corazón: ¿ni wikileaks os basta para asumir el camino a la […]