El ojo malvado que mira a las pirámides
A saber: se encuentran con una revuelta seguramente espontánea. Mientras el gobierno apaga internet e intenta cerrar los móviles, el ejército no le obedece demasiado y se queda entremedias. Es obvio que la autoridad militar no está sometida a la civil, si un tipo como Mubarak y sus acólitos son civiles. El ejército está financiado por Estados Unidos. Los oficiales del ejército están formados por los Estados Unidos. Cada vez que sale Mubarak, los Estados Unidos le dicen que no es suficiente. Por el camino, el ejército dice que el pueblo tendrá lo que espera. Tras no aceptar la enésima indicación de que no basta, los Estados Unidos y el ejército dicen que ya vale. Mubarak dimite. Hay golpes de estado más incruentos, pero no menos obvios. Si yo fuera Chávez o Ahmadineyad a esto le sacaría petróleo.
(Los invitados de Al-Jazeera, egipcios y no egipcios, no paran de decir que están emocionados porque es la primera vez que el pueblo toma las riendas de su destino. Bueno.)
Etiquetas: Egipto, golpes de salón, guantes de seda, Mubarak
13 febrero 2011 a 15:19
Bien visto.