Las dos Españas (descremadas de Machado)
Esta, desafortunadamente, no es la regla en España. En efecto, hay otra España que mira hacia dentro, que tiene problemas para comunicarse en otras lenguas, que mira hacia el sector público para solucionar sus problemas, que confía en el amiguismo para conseguir negocios y subvenciones. Esta es una España donde la gente piensa más en defender derechos adquiridos que en cómo generar la riqueza necesaria para hacer efectivos estos derechos.
¿Y la otra?
En efecto, la cuota mundial de las exportaciones de bienes y servicios de España desde que se creó el euro ha resistido bien el proceso de globalización y el ímpetu de los países emergentes. De hecho, los dos únicos países grandes de Europa que la han mantenido son Alemania y… España, mientras que Francia, Italia, e incluso EE UU, pierden posiciones.
El combate es mucho más terrible si la cuestión es si te ha de helar el corazón. Ahora te hielan el bolsillo. Soy independentista, soy ápatrida. Huir de la bolsa de mantenidos indignados porque todos los dramas del mundo se arrojarán sobre nosotros si su excepción se pierde. Nota para discusiones en cafés y sobremesas: hacer como Helmut Kohl, que al comienzo de cada sesión del consejo de ministros de la UE en que se discutían los dineros, repartía un papel a todos los presentes en las que señalaba la contribución de Alemania (siempre neta, netísima) y las de los demás (para casi todos, negativa, negativísima): en mi papel diría, me pago todas las medicinas, no tengo seguro de paro, el veinte de cada trimestre pago el IVA, si llego el 21 me cargan un 20%, me discuten si una comida es de trabajo o no, me discuten si lo que gasto es de más o de menos, tengo que encontrar clientes todos los meses, no he recibido una subvención en mi vida, no tengo de cliente al sector público y ahora, cuando hablemos de recortes o de subidas, pongamos por delante que soy contribuyente neto. O que soy menos igual que otros.
29 julio 2012 a 8:36
Ja, ja, ja. Me voy a tener que imprimir un papelito así tamaño tarjeta de visita, para largarlo con el café, cuando alguien reitere su voluntad de que yo debería apadrinar a un funcionario, como el que quiere salvar la amazonía.
29 julio 2012 a 8:59
Falta añadir que no tenemos plaza en propiedad. Es que luego se enfadan porque tienen 22 días de vacaciones como todo el mundo y no pueden ir a ver a un pariente en Nochebuena.
29 julio 2012 a 13:45
Sí, primero se enfadan y (si te descuidas) te hacen un 7 con las cuentas, como en el pueblo extremeño de tu último post. ¿Qué dirán ahora los mismos que afirman que los empresarios roban? Más interesantemente, ¿la respuesta será diferente entre dos personas ideológicamente afines en función de que vivan dentro o fuera del mencionado municipio? Ah, decía Ayn Rand que no existen las contradicciones y que cuando te encuentres una has de revisar las premisas porque hay una equivocada… me pregunto cuántos harán un ejercicio de autocrítica.
29 julio 2012 a 21:16
La de Ayn Rand, no me la sabía. Pero es verdaderamente para ponértela en un papel pegado a la pared y mirarla cada día. Para hacerte el test ácido a cada momento.