Identidades alrededor del dolor

En el plano final de The Boxer, Brian Cox, intérprete de lo que presuntamente es el jefe del IRA mira al horizonte y proclama que hay que convivir con ellos. Ellos son los protestantes de Irlanda del Norte. En otras palabras: que ya basta. Hay muchos momentos memorables (como ese combate de boxeo donde católicos y protestantes cantan juntos al borde del llanto Danny Boy) y citas importantes: «I’m not a killer, Maggie, but this place makes me want to kill».

En Rentería, un concejal del Partido Popular sostiene: «Además, aunque no olvido, hay que perdonar. Muchas veces el asesino es un crío ignorante y mantener el odio es ser tan crío como él. El vencido tiene rencor y se transmite a través de generaciones». Curiosamente el alcalde nacionalista, radical, compañero de los que en alguno en Euskadi llamaba los de las pistolas, es un nacido en el año 78. Es decir, alguien sin memoria teórica y cuya versión del pasado no puede provenir de las vivencias, sino de los relatos de libros, familias y entorno.

El mundo es de los vivos. Las guerras de los padres no son tus guerras y, como se dice que Juaristi replicó a la nostalgia de Aresti, «¿Te preguntas, viajero, por qué hemos muerto jóvenes, y por qué hemos matado tan estúpidamente? Nuestros padres mintieron: eso es todo.»

(Karma)

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