El pobre en el diván
Y alguno me ha dicho: «Ramiro, conozco gente superrica y la mayoría son unos desgraciados». Son triunfadores fracasados. Han triunfado en sus metas externas, pero están vacíos de sí mismos.
La teoría o realidad del rico que es rico y lo tiene todo pero no encuentra la felicidad, siempre me ha parecido un analgésico contra la envidia o la resignación. Me surgen preguntas como ¿significa que todos los ricos están vacíos por el mero hecho de serlo? ¿que la proporción de ricos no vacíos y frustrados sobre los que no lo son es la misma que tienen los pobres y clases medias? ¿el rico es relativo porque yo soy rico con respecto a un nacido en los slums de Nairobi y no frente a Emilio Botín? ¿debería estar frustrado entonces? ¿quién es pobre?. Clase media con nevera, calefacción, puede que hasta un perro en casa, un utilitario y una consola enchufada al televisor te convierten en esa clase de pobre que cuando acude al gurú espiritual se tranquiliza en su propia frustración y búsqueda de sí mismo concluyendo que el rico es un desgraciado y que él no. Incluso te puedes atrever a no desear la riqueza. Puestos a estar vacío y frustrado, mejor si me pilla siendo rico.
(Sobre mercados espirituales contado por un mercader del espíritu)