Síntomas cotidianos de crisis
La fila para comer en San Antonio de los Alemanes no sólo se ha extendido, sino que las diligentes fuerzas de orden público han puesto unas vallas amarillas. Antes sólo iban hacia un lado de la puerta, ahora van a los dos.
El abogado laboralista se pone al teléfono, pero no puede atender ni un segundo de lo concentrado que está en su reunión. Le pides hora a su secretaria pero no sabe qué hacer y más o menos promete llamar.
Etiquetas: crisis, despidos, meditación, pan
15 abril 2009 a 14:22
exelente aorte de verdad muy bien llevado el tema felicidades muebles saludos