La pena de tener raíces
¿Quién puede tragarse que la copla es parte de sus raíces cuando pasó su infancia oyendo rock americano?
Cierto. Los indianos ahondan en el confuso, oculto y profundísimo misterio del yo proyectado a través de los demás. Pero hay un contrapunto: al mismo tiempo no terminas de explicarte sin tener adherido el desprecio, la ternura o la inserción de la copla en un contexto en el que nos fuimos a escuchar rock americano, cuyos intérpretes ni siquiera tienen que preguntarse qué es una copla ni por qué le tiene que, en su caso, interesar: Si yo fuera reina / de la luz del día / del viento y del mar / cordeles de esclavas / yo me ceñiria / por tu libertad/ Ay pena, penita pena, pena.
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