La venganza del destino
Estaba el hombre feliz orondo con su
círculo virtuoso. Pero pronto se tornó en vicioso: un disco duro muerto y en coma, un móvil que te deja sin habla, la puerta de la lavadora que se te queda en la mano, el cajero automático del banco inservible y el reparador en camino; huelga de ferroviarios y caos aledaño, el comercio fuera de stock. Y, ayer, unas fiebres que me tenían derrotado y marchito: ojeroso y envejecido. Pero esto último debe ser sólo un hecho y no una circunstancia.
Etiquetas: cajeros obsolescentes, circulo vicioso, círculo virtuoso, lavaderas obsolescentes, móviles obsolescentes, obsolescencia programada...
Este artículo fue publicado el martes, 29 junio 2010 a las 13:53 y archivado en Sin categoría. Puede seguir los comentarios de esta entrada a través del RSS 2.0.
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29 junio 2010 a 14:37
Las circunstancias a veces se ponen muy impertinentes. A lo otro, al hecho, se le llama sabiduría, buena cosecha…:)
30 junio 2010 a 6:24
Anoche calló otra sombra de desgracia: bad karma