San Jorge todos los días

Es muy fácil decir que alguien es un monstruo, pero nadie nace siendo un monstruo.

Marjane Satrapi

Pero el monstruo, como el dinosaurio, sigue ahí al despertar. Está dentro de ti y es capaz de abrir su verja y apoderarse de todo lo demás que eres. Quizá sólo es buena suerte tener al monstruo controlado. Dice Satrapi: «…ser emocional solo es bueno en el amor, en la política genera fanáticos. Y, lamentablemente, siempre seremos los no-fanáticos los que tendremos que hacer el esfuerzo para convivir

Puede que la vida cuerda sólo consista en saber matar dragones.

3 Respuestas a „San Jorge todos los días“

  1. Gonzalo Martín Dice:

    Coda: se lamenta Satrapi en la misma entrevista que «las mujeres tienen que estar siempre guapas y ser amables, o llevar bien el pelo» al tiempo que, es cierto, al hombre se le perdona todo. Lo interesante de la pieza es que esto lo declara no en sino para (es la era de las videoconferencias) el Festival Hay de Medellín, Antioquia. Un lugar donde las madres recriminan a las hijas que en sábados, fiestas de guardar, tiempo en el hogar no estén ellas perfectamente arregladas en todo momento para los ojos de su esposo. Aunque ellas lo piensan, digamos que la «genética cultural» se resistirá a ser consecuente. Siempre peinadas, si puede ser.

  2. Michel Godin Dice:

    Los dragones que están dentro de cada uno, para no proyectarlos fuera.

    Que difícil me resulta comentar esto en un ambiente público como este:

    En el caso del feminismo se me hace particularmente complejo estar de acuerdo o no, con mi primer oración (y si no entendí mal, tu idea). Porque muchas de esa mujeres intentando ‘prender fuego al Patriarcado’ han sufrido una violencia terrible en su propio cuerpo y mente.
    Entonces ahí creo que aparece aquello de ‘lo personal es político’. Y como decía me resulta difícil no empatizar, no guiarme por distintas emociones.

  3. Gonzalo Martín Dice:

    Bueno, yo no pensaba en mujeres: la anécdota sobre el rol de las mujeres es un comentario posterior que lo vinculo al contraste de «dónde va y cuenta esto» porque es verdad que la vieja escuela femenina colombiana hace eso. Los dragones originales del texto los vincula al fanatismo. Pero para mi, nadie está libre de convertirse en un monstruo. En la cita no resuelve ese asunto, sino que los no fanáticos (en su caso más claro, los clérigos chies iraníes) tienen que poder soportar a los monstruos: es decir, hombre convertidos en monstruos. Hombres dicho a la antigua, genérico masculino y femenino. Y uno piensa que interiormente todos combatimos con nosotros mismos para no ser monstruos, unos más cerca de otros de serlo, pero sin que más lejanía puede que no sea otra cosa que suerte.