El Gran Medio decide otorgar blogs a sus Grandes Redactores. El discurso sería algo como esto: ante la disponibilidad inmediata de la noticia, ante – lo que no suelen decir – el hecho cierto de que la fuente accede de modo directo al lector, las cabezas mediáticas pensantes creen, con mucha razón, que tienen más futuro en el análisis y en el orden y la sumarización que en el dar noticias. Así, Ramón Lobo, que es un tío estupendo, tiene un blog de sus cosas. Pero cuando lees con cuidado te puedes encontrar con que él mismo emplea como fuentes, y hace bien, a otros bloggers especialistas en las regiones y temas que aborda de su temática: Ramón lleva toda la vida dando información internacional. Ahora es cuando llegamos a la paradoja: para poder entender lo que pasa en Bahrein es mejor leer (recomendado por él mismo) a su especialista de cabecera, como para poder entender lo que ha pasado en Egipto es mejor acudir a una fuente lejana que no está en ningún diario local. Es decir: no es posible que el Gran Medio pueda seguir aspirando a ser ninguna clase de intermediario esencial, ni a ofrecer análisis generalizado con una plantilla de ilustres redactores: todo lo más, a ser un excelente curator como lo es José Miguel, con su sesgo (explícito y legítimo) y su reputación pertinente (y verdadera) de honestidad con los lectores. Pero todo esto no requiere estructuras elefantiásicas. Ahí les han dado.