Cultura de la Transición, decepción sobre la decepción con aliño quincemista
Mientras avanzo en la lectura de CT o la Cultura de la Transición se me produce un desencanto progresivo: el punto de partida que arroja en el comienzo Guillem Martínez a sus contribuyentes – «Lo no CT es la posibilidad de robarle al estado el monopolio cultural» – deriva en la sucesión de entradas en una frustración por la forma del fin del franquismo que sería destruida por el advenimiento de algo como el 15-M… casi como para hacer lo que la transición no hizo con el franquismo. Alguno llega a pensar que eso de la recuperación de la memoria histórica o el No a la Guerra no es pura CT (esto es, cultura de la transición) cuando en realidad es su glorificación máxima: la búsqueda de la superioridad moral e intelectual de una capa social perdedora que seguiría perdiendo y que tiene que ganar de una vez por todas.
La glorificación habitual del 15-M suele terminar con la decepción de su inanidad conceptual: que las peticiones revolucionarias no dejan de ser un quítate tu para ponerme yo. En el fondo, lo que quisieran es ser los propietarios de los medios de masas para imponer su cultura no CT. En el fondo, y a pesar de que surgen miradas periféricas que se mueven en sentido contrario aun cuando mantienen agenda de la sociedad industrial, existe una desconfianza y una ignorancia aguda de las consecuencias de la tecnología y un antimercantilismo cuasigenético. El franquismo es subdesarrollo industrial criticado y valorado desde percepciones de esa misma sociedad industrial. Así, revisar el presente criticando un fenómeno industrial en las mismas claves de una era derrumbada sólo conduce a las mismas soluciones de pensamiento industrial que ya no funcionan ni sirven siquiera para los más elevados objetivos ideológicos de la crítica al capitalismo de esa era.
Hasta para un desconocido la evidencia aflora como un cadáver arrojado a un río:
…aunque no conozco muchos detalles sobre Los Indignados de España [sí sé que hay protestas por los recortes en la educación, que considero que es lo más importante], creo que, en general, muchas de las cosas que piden son una vuelta a cosas que se han perdido. Los Gobiernos están buscando soluciones en el modelo de la revolución industrial. Y esto es lo mismo. Creo que el activismo necesita mirar al futuro en lugar de intentar recuperar cosas del pasado…
…creo que la idea de que debes tener un empleo por el que alguien te pague va a cambiar. Ahora la responsabilidad va a ser tuya. Si tienes acceso a internet, tienes todas las herramientas que necesitas. Y hay gente que ya lo está haciendo. Puedes cambiar el mundo con la tecnología que ya existe, porque la tecnología es la fuerza más poderosa que hay para democratizar. No digo que sea fácil. Pero si quieres cambiar el mundo no lo hagas mirando hacia el pasado, sino hacia adelante.
3 julio 2012 a 12:17
[…] parece no ser suficiente para abofetearnos el costumbrismo y la pereza. Por eso tengo que estar de acuerdo con mi amigo cuando habla de decepción sobre la decepción con aliño […]