Artículos Etiquetados en: „la copa mundial y olé“

Finalmente, no hubo espacio para la duda

lunes, 12 julio 2010
Ver al presentador principal, seguramente autoproclamado periodista, con una camiseta de fútbol puesta (¿hace falta decir de qué equipo?) confirma con rotundidad la afirmación: el periodismo ya es únicamente entretenimiento.  Y, si es periodismo deportivo, un parque de atracciones.
[Como contrapartida, leo que un diario holandés titula: «España gana en la prórroga a la Naranja». Es decir, sujeto, verbo y predicado; la narración de un hecho. La versión local es oé, oé, oé. Pero parece lógico: en un tiempo en el que todo el mundo conoce el hecho, lo que importa es la emoción del relato]

Las zonas de sombra del circo mediático

domingo, 11 julio 2010
¿Saben periodistas, reporteros y tribuletes que no trabajan para empresas de noticias sino para empresas de entretenimiento? Dicho fino, de contenidos. La ignorancia de este principio que puede considerarse universal conduce al discurso habitual de desgarro interior del periodista por su cada día menor relevancia como narrador de la realidad, o como protagonista de ese sueño etéreo de la objetividad. Ansiosos de dar noticias, algo que les llena de sentido trascendente al creerse un poder de la sociedad, piensan que todo consiste en titular y entradilla.

Después, claro, llega un joven reportero enviado especial y dice en pleno orgasmo de cobertura que los negros han estado discriminados en Sudáfrica mucho tiempo, algo parecido a los españoles en los mundiales de fútbol. Hombre, no. Ni de lejos. Ni tiene que ver. Pero son un medio responsable y perteneciente a un grupo merecedor de licencias, ayudas y favores legislativos en nombre, otra vez, de la responsabilidad.
[Lo de Cuatro hoy es una nueva definición del onanismo. ¿Qué se puede contar durante seis horas antes de un partido de fútbol? Durante un poco de rato, análisis y prospectiva. Durante un rato más, entretenimiento. Al cabo de un poquito más, un aquelarre. En estos casos es prudente recordar que lo peor de perder es la cara de gilipollas que se te queda. Y cuanto más recurso previo a Onán, más cara de gilipollas]

Cita con la historia

domingo, 4 julio 2010
La banalidad de la prensa deportiva casi no requiere comentario. Pero, en el país trágico, ese que se supone que superó su complejo de inferioridad crónico cuando ganó su Copa de Europa de Fútbol – una excelente excusa para ampararse en la chapuza y en el jamón para no sentirse responsable de nada – los detalles tienen el interés que tiene siempre lo autóctono por el contraste de la diferencia.
Nada como la pelota para hacer antropología con los entremeses: ¿nadie repara en que llamar histórico a algo que no es más que quedar el cuarto es, simplemente, ridículo? Repiten que nunca había pasado y por eso es histórico. Debe ser un síntoma: el nivel de exigencia con el que se miden las cosas es bajo. Así debe ser para todo, con el agravante de convertir la identidad colectiva y el destino común en proeza mínima o en tragedia irresoluble e inevitable si no se gana.
Tendría tintes de pesadilla si no es porque produce un aburrimiento mortal.