«Las actuales políticas están teniendo efectos devastadores. Alimentan la epidemia de sida y traen consigo violencia, un aumento de los índices de criminalidad y la desestabilización de estados enteros. Y, lo peor de todo, es que no reducen el consumo de estas sustancias. Como científicos estamos comprometidos a elevar nuestras voces para promover políticas que reconozcan que la adicción es una enfermedad y no un crimen«
Trate el lector inteligente de cambiar las palabras enfermedad, sida, violencia, criminalidad, etcétera con esas otras que hablan de piratas, descargas ilegales, top manta y sus sinónimos y tendrán un panorama familiar. Pero nada como mirar el corolario para, tras hacer el mismo ejercicio, ver los paralelismos inquietantes entre persecución de drogas y persecución de servidores lejanos:
«En América Latina, el único resultado de la prohibición ha sido el cambio de las áreas de cultivo y cárteles de un país al otro, sin reducir la violencia ni la corrupción que genera el narcotráfico», reconoce el ex presidente Cardoso, para quien «en vez de apegarnos a políticas que han fracasado y acarreado consecuencias desastrosas, debemos dirigir nuestros esfuerzos a la reducción del consumo y la reducción de daños. Las políticas represivas están firmemente basadas en prejuicios, miedos y en posturas ideológicas. La manera de salvaguardar los derechos humanos, la seguridad y la salud está relacionada con estrategias de paz y no de guerra»