No entregarse a fórmulas mágicas, populismos o demagogias es lo más revolucionario
Un socialista a punto de alcanzar esa posición donde uno empieza a tener en sus manos la influencia para hacer cosas. Más interesante aún: un hombre normal que dejará de ser normal, tendrá acceso a informaciones antes nunca a su alcance, pondrá su grano en definir discursos, partidas y posiciones y tendrá algo parecido a la sensación de poder.
Conecta con ciertos mensajes. Y tropieza con determinadas realidades: «La izquierda puede morir si no se reinventa y renuncia al progreso». Qué curioso. Me parece a mi. El progreso era una particularidad propia de personas declaradas como izquierdistas o progresistas. Ya lo dice el nuevo socialista ungido (me cae simpático, debo aclararlo): «El PSOE es el partido de la izquierda y del centro progresista».
Si huyen del progreso, será porque no están o se han alejado de él. Y si perseguirlo a la Valls es «no hemos tenido un presupuesto equilibrado desde hace más de 30 años» o «su misión consiste en hacerlas ahora pese a las resistencias de corporativismos y rentistas» resultaría que cierto análisis populistamente llamado derechista, neoliberal y yo que sé puede ser donde el progreso o parte de él puede estar. O sea, que lo revolucionario sí pudiera ser conservador.
Ah, ahora me dirán que disparo misiles sobre Gaza.
P.D.: perdón por las etiquetas que reducen a las personas a estereotipos, un socialista. Pero nos hemos entendido. Creo.
P.D.: estoy enlanzando a un diario de AEDE. Perdón, perdón, perdón..