Artículos Etiquetados en: „cestas de navidad“

Apuntes para la formación del perfecto objetor fiscal (XXV)

lunes, 20 diciembre 2010

Vuelve a casa por navidad. No importa que los parados de larga duración se hayan quedado sin limosna. No importa que a los empleados públicos se les haya bajado el sueldo por austeridad, ni siquiera importa que estén en conjunto mucho mejor pagados que el resto de los mortales. No importa que el dinero no sea suyo. Inlcuso no importa que el gobierno sea laico y haga doctrina para retirar belenes de los colegios. Esta navidad, vuelve a ver regalo alimenticio en Moncloa: un reservita de once euros por barba y cesta para los altos cargos, nos ha fastidiado. Y todo por hacer su trabajo bien o mal. Uno piensa que el falangismo no habrá terminado hasta que no se erradique la última cesta de navidad.

Apuntes para la formación del perfecto objetor fiscal (IV)

jueves, 1 octubre 2009
La palabra es conmovedor: «El motivo político es más que claro. Los representantes de los ciudadanos consideran que no es el momento económico para este tipo de gastos.» Volviendo a leer: el motivo es político, no racional, de sentido común, de pura eficacia o de puro respeto al bolsillo del que paga. Este año, en el Congreso se quedan sin cesta de Navidad y los representantes de los trabajadores, sensibles ellos, han creído eso, que el motivo es político, no que paletilla y espárragos pagados por los demás sea algo que ni siquiera deba ser contemplado. Es porque se trata de mi dinero, más que nada. Al ser político, cuando el momento económico sea el adecuado, volverán a tener cesta. Al revés que los impuestos subidos, que no regresarán al sitio anterior. La duda es si es porque no es político o, precisamente, porque lo es.

Laicos de vez en cuando

viernes, 21 noviembre 2008
El culo con las témporas, el rábano por las hojas, el contenido por el continente: cualquier contrargumento que me den seguramente será de esta categoría, pero haber hecho causa contra la cruz, contra la mesa puesta con crucifijo y la escuela con sotanas para regalar dos botellas de vino por navidad a los empleados de La Moncloa, no tiene precio. Me pueden decir que celebran el solsticio de invierno, pero yo no entiendo por qué se gastan mi dinero en ser simpáticos con quien es su obligación cumplir con su deber.