Artículos de la Categoría: ‘Antídotos intelectuales contra la mierda de toro’

El orden de los factores sí altera el producto

sábado, 25 diciembre 2010

Cuando algunos hablan del Estado del Bienestar, no puedo menos que sospechar que se refieren al Bienestar del Estado

Jordi Roca, visto gracias a José Miguel.

In God we don’t trust

lunes, 20 diciembre 2010

Why don’t I believe in God? No, no no, why do YOU believe in God?

Ricky Gervais. El perfecto manual para seguir siendo ateo y no morir en el intento.

«Todo lo que oyes y todo lo que ves está en dominio público aunque te digan lo contrario»

domingo, 19 diciembre 2010

Las deficiencias que la red (oh, un sustantivo universal) ha planteado en su agenda de discusión sobre la «propiedad» intelectual se pueden ver ahora, cuando la ley Sinde va a aprobarse con el consentimiento de todos los partidos que cuentan por mecanismos que calificarlos de antidemocráticos es quedarse corto: que dispongan de puertas traseras para aprobar leyes sin escrutinio ni debate explica bastante del nivel de farsa al que han llegado las supuestas democracias occidentales, si es que la española alguna vez lo ha sido. (más…)

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro (VII)

domingo, 26 septiembre 2010
Juan prologa a Saül: «La prensa no es el pilar de la democracia, pero la información sí».

(es cuestión de conocer los lugares de ejercicio de la arrogancia)

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro (VI)

miércoles, 15 septiembre 2010
El ejercicio consiste en descontextualizar a los abajo firmantes de las revistas de bienestar mágico: batiburrillos de ayurveda, espiritistas, videntes, curanderos y otras razas basadas en la oralidad ingeniosa que se conoce como charlatanería. Úsease, reproducir aquí, en frío y sin aditamentos, los títulos y autocalificativos de los colaboradores de esas revistas. A saber:

Estomatólogo holístico.

Soy sanergista. Es importante añadir que «Sanergía» y «Conexión Sanergética» son marcas registradas.

Directora de la escuela Mana Kia’i de masaje hawaiano. Falta que diga «aloha».

Especialista en Sicoenergética. Hay que sospechar de alguien que dice que es psycho.

Sanación Crística. La puñeta esta tiene «maestro fundador» y «maestros regentes».

Arteterapeuta.

Terapeuta Integral y Consultora transpersonal.

Naturopata y Constelador. Si se descuida, sale «conspirador».

Guadalupe Cuevas: «nuestro mundo necesita Artemisas y Brujas«.  La cosa da para más: «después de 20 años de experiencia en el trabajo con grupos de mujeres y en el camino pagano…» el discurso adquiere altura cuando dice que su «compañero de trabajo» es «druida«. Cuánto daño ha hecho Asterix.

Escritora temática especializada en Cristaloterapia.

Directora y profesora de la Escuela Madrileña de Astrología Kármica y Espiritual. El espíritu, que no falte. No se sabe si lo invocan con una ouija.

Véase a Rubén Cedeño: «el único instructor activo que queda del grupo fundador de la Metafísica de Conny Méndez». Casi ná.

Juana Vargas: «en 5 minutos leo tu futuro» y, atentos, «sinceridad absoluta garantizada». Sagradece, mujel.


Esto es por el paro, ¿no?

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro (V)

viernes, 10 septiembre 2010
Para los crónicas de quienes narren en algún mañana el pasado quedará el juicio de si la decisión del Comandante de iniciar una sutil retirada es la purga de Benito: si no sirve ni para ellos, seguramente no servirá ni para Chavez. O Evo. Pero el Tiranosaurus Rex lo que no es, es un perdedor: salvo accesos de demencia senil, la broma no puede ser inocente. Pensar que el sistema se suicide sin ayuda externa inspirándose en Ramon Sampedro no parece coherente con la preferencia por cambiar todo para que no cambie nada tan cara a los humanos con poder. Presos fuera, anuncios sorpresivos… en alguna pizarra tiene que haber un diseño. Otra cosa es que la glasnot no sirvió para nada. O puede que por la glasnot todo terminara en derrumbamiento. Y, de eso, El Caballo tomó nota.
(pero lo peor de la inservibilidad es la cara de gilipollas que se te queda)


(breaking news: rectificaciones y cortinas de humo aparte, sí que había una pizarra… ya es revolucionario despedir funcionarios, qué cosas)

Así, sin quitar una coma, porque «lo peor que le puede ocurrir a uno es tener al Estado en contra, aunque sea por error y durante un rato»

domingo, 27 junio 2010

Punset:

«Me estremece el espacio tan reducido que va a quedar a los demás para moverse cuando yo me vaya. No hay bestia mayor ni más feroz en este circo que el Estado, que hemos creado entre todos. Se puede uno reír tranquilamente de las multinacionales más poderosas o de países tan ufanos de sí mismos como Rusia o Estados Unidos. Son verdaderos pigmeos, comparado con el Estado de cada uno, que gestiona más de la mitad de todos los servicios y productos generados en nuestro recinto, además de tener los medios para vigilar y efectuar un seguimiento inmaculado de todo lo demás: suspiros, proyectos, productos y sueños.
Es aterrador constatar que la mayoría de la gente se pasa la vida intentando protegerse de amenazas que son risibles –los vecinos, el ruido, un desamor–, comparadas con el poder omnipresente del Estado. El único poder real, de cuerpo presente, es el Estado.

¿Estamos dispuestos a aceptar lo innegable: que el Estado y el ciudadano no son iguales ante la ley, que lo peor que le puede ocurrir a uno es tener al Estado en contra, aunque sea por error y durante un rato? La culpa no es de un personaje atrabiliario o de un partido político anticuado. Es de todos, los de ahora y los que los precedieron modulando un Estado blindado y mil veces privilegiado con relación al ciudadano.

Fue una idea que parecía inofensiva. Nuestros ancestros nómadas no necesitaban para nada al Estado. Fueron los primeros asentamientos agrícolas a los que se les ocurrió la idea de dar a un funcionario poder suficiente para guardar y multiplicar el primer excedente generado, hace unos diez mil años.

Aquel poder incipiente de custodiar los primeros activos colectivos se fue transformando, poco a poco, en un poder avasallador. Hasta el punto de que hoy el Estado está blindado y el ciudadano, indefenso: le puede poner a uno en la cárcel antes de saber cuál es la acusación, bloquear su cuenta corriente o incautarse de un coche que considera mal aparcado.

Los españoles pertenecemos a la categoría de colectivos a los que tradicional e históricamente preocupó mucho más la diferencia de clases y la injusticia social que las libertades individuales. Se perdona mal a los ricos y empresarios la ostentación y el agravio, mientras que los funcionarios públicos pueden difundir secretos, realizar escuchas, propagar infamias y otras mil maneras pergeñadas para el abuso del poder.

A medida que se fue perfeccionando la gestión de proyectos individuales y empresariales en el sector privado, se descubrió que elevar los niveles de eficacia por encima de un índice ya de por sí elevado generaba costes insoportables. Si quieres que el porcentaje de avería de una aspiradora disminuya del 2 al 1 por ciento, el coste puede ser demasiado alto para que valga la pena aumentar en tan poco la calidad. Este principio no ha sido aceptado todavía en el sector público, particularmente en los sistemas judiciales y fiscales, donde se continúa persiguiendo la injusticia hasta unos niveles de pretendida eficacia que provocan costes intolerables. En Hacienda, rebajar la cifra de 1 por mil a 0,75 por mil de los que evitan pagar impuestos por dar una conferencia puede suponer un coste tan elevado, que es más rentable aceptar que unos pocos no van a pagar por ese concepto.


Antes de 20 años, incluso en países como el nuestro, se abordarán las reformas para disminuir tanto los atropellos de las libertades individuales por parte del Estado como los cuantiosos dispendios económicos que genera perseguir ciertos niveles de eficacia. Yo ya no estaré cuando esto ocurra y no le digan a nadie, por favor, que lo había anticipado cuando todavía estaba mal visto y casi nadie se quejaba. Como dice el psicólogo Howard Gardner: cuando una idea es fácilmente aceptada es que no es creativa; por este criterio, la mía lo es.»

[Me lo he pensado: queda incluído dentro del etiquetado selecto de este espacio bajo la categoría de Antídotos Intelectuales Contra la Mierda de Toro. Se ha roto una regla, y es que deben los elegidos estar titulados por su número correlativo. Creo que no volverá a pasar porque éste tenía que titularse así y es, a la vista está, un antídoto evidente]

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro (III)

sábado, 6 marzo 2010
Un lego sólo puede tener tesis personales, que para las Tesis ya tenemos a científicos y académicos. Una tesis personal queda, pues, en la opinión de un vulgar. Vulgar, perteneciente al vulgo. Así, este vulgar escribiente opina o enarbola la tesis de que toda reconversión de izquierda para salvar la izquierda consiste en adoptar ideas, conceptos, principios y hasta teorías de origen libertario, liberal, cuando no conservadoras o, por supuesto, abiertamente capitalistas y buscarles un disfraz de novedad, alternativas, mejoras o apuntalamientos: en realidad, son formas de salvar una fe en lo sobrenatural cuando los hechos no terminan de mostar el camino al paraíso.

Píldoras de antídoto:

Félix de Azúa: «Ya es un tópico irritante ese quejido sobre el galimatías de la izquierda, su falta de ideas, su desconcierto. ¿Cómo no va a estar desnortada, o aún mejor, pasmada, si todavía es incapaz de admitir honestamente su propia historia?»
David Mamet:  ««Aha,» you will say, and you are right. I began reading not only the economics of Thomas Sowell (our greatest contemporary philosopher) but Milton Friedman, Paul Johnson, and Shelby Steele, and a host of conservative writers, and found that I agreed with them: a free-market understanding of the world meshes more perfectly with my experience than that idealistic vision I called liberalism.»

Joseph Heath: «Efectivamente, todo el mundo tiene algunas intuiciones morales que son implícitamente, si no explícitamente, anticapitalistas. Por ello, siempre se ha ganado dinero intentando complacer el sentimiento anticapitalista popular (Hollywood hace esto de forma bastante implacable, principalmente idealizando «los buenos viejos tiempos», cuando la vida era algo más que sólo dinero). Contra esta marea de opinión popular, ¿quién está dispuesto a defender el libre mercado? Probablemente la campaña más constante contra el anticapitalismo popular la hayan hecho los economistas. Según la opinión generalizada, en realidad las personas no se encuentran cómodas con los mercados porque no los entienden.»

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro (II)

jueves, 4 febrero 2010

«En fin, utopías, sueños, ideales, lugares que no existen».

Antídotos intelectuales contra la mierda de toro

sábado, 16 enero 2010
El reportero anda inquieto durante todo su escrito por darle la vuelta a la obviedad, por encontrar todos los inconvenientes, reales por qué no, para sacar adelante el sentido común. Entrevista psicólogos, sociólogos, profesores y atalayas de marfil para desbrozar cada inquietud que conduce a la irremediable zozobra ante el hecho inevitable de que la vida entraña riesgo y valoraciones subjetivas.

Asombróse la prensa española de que en 2010 resulte novedad (¿y si va y lo es?) que las empresas – así, como si fueran todas a una y un único personaje – tengan en consideración el compromiso y el interés por remar en la misma dirección que propone su propiedad a la hora decidir a quien mantiene en su plantilla y a quien no. Es Carmen Mur, una señora que es puro seny y de presencia serenísima, la que con las palabras más simples y breves es capaz de terminar con tanto bullshit, tanta palabrería y excusa/fuga de las verdades del barquero: «Una compañía tiene sus estrategias para llevar a buen puerto su proyecto. Y tiene derecho a elegir las personas que estén en el barco».

¿Algo que pueda contradecir ese principio de partida, diga lo que diga la legislación vigente? Tiene el respetable, asiduamente, la costumbre de recurrir frente a la obviedad a la mayor excusa que la infancia ha habilitado en el catálogo de superhéroes contra la adversidad: el profe me tiene manía. Antecedente inmediato de «me explotan».