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Marihuana legal: la nueva droga insurgente

domingo, 24 junio 2012

Fracasada la legalización californiana, aparece diríamos que inesperadamente el papel del Uruguay. Sobre la cuestión de los motivos, no hay sorpresa: «Esta combinación trágica de corrupción está afectando a gran escala a México, Honduras, Guatemala y ahora a Ecuador y a Brasil. No queremos que nos pase lo mismo». Es mucho más interesante que el periódico (¿he dicho periódico?) diga: «Uruguay quiere convertir la legalización de la marihuana en eje de su política exterior». Droga y descargas se parecen como dos gotas de agua: las dos sirven para imponer controles inútiles a la población para los fines perseguidos, pero permiten construir todo un mecanismo de inspección y represión junto al mantenimiento de prebendas y privilegios, la mala calidad de los productos propia del mercado negro y sus males afines. Llegamos a pensar que Brasil iba a ser quién hiciera de la minoración de la propiedad intelectual el eje de su política exterior, pero el sueño, cómo no, se disolvió como todos los sueños hacker como lágrimas en la lluvia. Qué pasará, qué pasará… Godin nos lo contará.

¿Qué parte de «copiar no es robar» no se ha entendido?

martes, 8 febrero 2011

Es enternecedora la falta de comprensión de las propias posiciones que ostenta la mecánica viral de la red: se suman todos los modernos a la campaña don’t make me steal. Somos de un cool que no nos tenemos. Bello manifiesto en el que se dice bajo qué condiciones más o menos se está dispuesto a pagar por ver películas. Oiga, si usted acepta que está robando, a esto se le llama chantaje. La premisa conceptual es (era, queridos) que compartir un archivo no es robar («if I steal your bicycle you have to take the bus«), si admites que existe robo no existe razón para imponer condiciones, lo que queda es el código penal.

Resistencia pasiva

miércoles, 12 enero 2011

Recuérdenme que si llega un día en que un ministro, secretario de estado, director general, presidente de ente autónomo, academia o instituto dependiente del gobierno directa o indirectamente – se llama dinero – me invita a cenar para intercambiar opioniones sobre la red y el fin de la cultura entre otros riesgos, lleve conmigo el importe aproximado por exceso de la cena en metálico. Que al acabar lo deje encima de la mesa para que el cajero del ministro, secretario o el que sea pague mi cubierto: no es función de ministros y cargos políticos invitarme a comer para conocer opiniones con el dinero de mis conciudadanos, sí es su obligación comprender las posiciones de todos los grupos sociales. No es función usar mi (nuestro) dinero en agasajar intelectuales que también viven del dinero que mueven los políticos y que, curiosamente, también salen de mi (nuestro) bolsillo. Pero sobre todo tendrá mi opinión libre de cualquier subvención, prebenda, bula o canongía, sin más intereses que los que ya tengo. Y estará seguro de que no he ido sólo a cenar y a garantizar que, las filas, permanecen prietas.

(Qué tiene además la Sra. Sinde, que siempre la lía: que llama internautas y le tuitean el desplante, que llama intelectuales y le publican la cena. Qué tiene que no tenga su amigo Alex, cineasta, que se sienta a hablar y, por lo menos, le agradecen el gesto)

Impotencia

viernes, 5 febrero 2010
Como siempre, la vida con sus intereses en el trabajo y el descanso, el deseo y la pasión, las ideas y la ciencia, la música y la poesía, transcurre más allá de cualquier disposición estatal.
E inmediatamente uno piensa en los combates contra el paro, la lucha sin freno contra la violencia doméstica, las órdenes para rotular o no rotular los colmados en idiomas diversos, la sostenibilidad, el afán de los ciudadanos por proveerse de ¿cultura? sin pasar por caja y en forma de bits viajeros, la consigna de no fumar ni aunque le tiemblen las manos. Qué decir de calcular el IVA con honesta corrección. Leon Tolstoi. Que no sé si contemplaba trivialidades como estas.

Echadle la culpa a Leibniz…

jueves, 10 diciembre 2009
Le preguntan a la inversa, pero el reordenamiento lo explica todo muuucho mejor:

P. ¿Quién es responsable de la descarga de contenidos?

R. Entre otros, Leibniz, que inventó el código binario y abrió la espita de lo que está ocurriendo ahora; Shannon, que nos enseñó a medir la información; Sony, que con el walkman nos acostumbró a ser portadores de música; las empresas de telecomunicaciones; los fabricantes de hardware; las productoras, que sabiendo que sus obras van a ser descargadas, siguen produciéndolas, y los usuarios, que usamos la tecnología que nos brinda nuestra era vital.

P. ¿Qué está fallando?

R. Nada. Hay un grupo de interés económico que genera datos falsos. Hay unos gobiernos que usan dichos datos para justificar las peticiones del lobby de la industria y a su vez ocultan o manipulan los datos en su poder. Y hay una ciudadanía cabreada a la que primero le han quitado el pan, ahora le están quitando el circo y piensa que todo es una estafa sostenida por los medios de comunicación oligopólicos.